Compañeros!

En estos últimos días cuántas veces hemos escuchado la palabra "compañeros". Cuánta polisemia que se desprende de la misma también por estos días. Pienso que es una palabra que todos incorporamos en nuestra infancia, probablemente cuando transitamos la escuela primaria, ese primer lugar donde empezamos a construir grupos de pertenencia, Claro que en esa época la palabra compañero es denotativa pero también llena de afectividad, más allá de lo atroz que puede ser la infancia escolar. También en esos días esa palabra, como todas las demás, nos sirve para delimitar nuestro mundo, en principio si uno es del grado A probablemente haya un grado B que uno mire antagónicamente, aunque sea en la mancha o cuando corramos detrás de una pelota. Pero en esos días "compañeros" implica ser eso, ir corriendo abrazados sin importar demasiadas cosas. Hasta que en algún momento aparece la figura del "mejor compañero", y ahí lo que una palabra servía para juntarnos a todos en un mar de guardapolvos blancos o uniformes segun el caso empezaba a servir para lo contrario, casi como un preanuncio de lo que será la vida adulta, Ademas en el fondo si pensamos que hay un mejor compañero, puede que haya un peor compañero, pero eso no se premia, por lo menos no en la infancia.
Después crecemos y llegamos a la secundaria. Creo que allí esa expresión adquiere otros tintes y matices, inclusive incorporamos la variante 'compañeritos", en clave burlesca. En algún momento de la adolescencia, sino tenemos los oidos en mi epoca con un walkman u hoy con un ipod escucharemos a algún sindicalista de turno diciendo "compañeros". A mi me pasó casi al comenzar la adolescencia con un tal Saúl Ubaldini, que a mi también me hizo aprender el concepto de "paro general". Era extraño ver a este señor hablando de 'compañeros" a personas que no procedían del mundo escolar. Ni hablar cuando a uno le llega el turno de conocer a una tal Evita y un tal General. En este caso será 'compañero peronista". También en la época de Ubaldini aprendí otra combinación 'compañero de fórmula", que en realidad siempre fue un eufemismo para decir 'segundón pintado" hasta nuestro querido Cleto. SI sobrevivimos a la adolescencia y llegamos a la facultad la palabra compañeros se vuelve un poco imprecisa. En la primaria estábamos todo el dia con los mismos compañeros, en la secundaria tambien, compartiamos todas las materias. En la facultad eso se vuelve imposible, con lo cual tenemos más o menos compañeros. Y si tenemos un poco más de suerte y llegamos a ser docentes la palabra compañeros recupera muchas de los significados anteriores.
En estos días de asambleas y demás formas de protesta ha sido la palabra que probablemente más se haya repetido, junto con presupuesto y otras del orden económico. Me parece que hoy es una palabra que genera dolores tanto a docentes como alumnos, ya que segun pensemos en buenos o malos compañeros eso nos pondrá de un lado o del otro. Y lo más terrible es tener compañeros haciendo de compañeros. En estos días ser mal compañero tiene premio, como tantas otras cosas que en nuestra infancia estaban mal, de grandes, para algunos están más que bien, y hasta los aplaudimos de pie. Profesores y Titulares y Directores de Carrera que dicen estar a favor de determinadas cosas, y levantan la mano en señal de apoyo, pero lo que terminan apoyando es otra cosa, en otra parte. Compañeros de una casa de altos estudios que dicen "no saber qué es un paro activo" después de dos semanas de paro activo, compañeros que dicen hacer una cosa y despues hacen otra, compañeros que simplemente son COBARDES, no por no estar de acuerdo con el paro, yo no lo estoy, pero que no se presentan a plantearlo y debatir como corresponde a "compañeros". Alumnos que están en cátedras que siguen dando clase, teniendo compañeros que no tienen clase y no hacen nada al respecto, o compañeros que no tienen clase teniendo compañeros que si las tienen y tampoco hacen algo. Creo que desde el lugar docente peor lección no se puede dar, la del MAL COMPAÑERISMO.
Por Juan Miranda + Vanesa Maciel, docentes de Saavedra Dos